Caldo de cultivo

14.6.05

De vuelta

Ya terminé "Ensayo sobre la Ceguera"

Ya regrese a Hermosillo. No quería regresar realmente.

Andar paseando de ciudad en ciudad -y de casa en casa- me vino fascinando. Tan fácil era dormir aquí y allá que cualquier rincón acogedor se sentía como la propia casa. Dormí más de seis noches en lugares distintos y siempre era espléndido despertar, dar los buenos días y echar de nuevo la mochila al hombro a sabiendas de que probablemente no vuelva a ver a muchos de ellos en toda mi vida. Y los nombres ya casi no los recuerdo.

...pero me acuerdo de las caras y la risa.

Del baño ni se diga que, aunque perfeccioné la manera de mantenerme limpio la mayor parte del tiempo (o acaso es que la mugre ya importaba menos), un poco de agua para lavarme siempre era más que gloria.

Romper con la certeza de que todo estará bajo control (la zona de confort) hasta dudar de si habrá comida para el día, es fabuloso. Fuera de la comodidad -y adentro de la inseguridad del porvenir- aprendí lo que aquí hacía falta: Tengo todo y sobra.

Regreso contento de tener un poco más de allá, traerlo para acá y darlo todo a los que están aquí.

11.6.05

Se va terminando el camino

Es sábado. Ahora iremos al lago de Chapala.

Me faltan escasas hojas de "Ensayo sobre la ceguera"; libro impresionante sobre la animalesca parte humana que sale a relucir cuando esa afrenta que es el hambre y la inseguridad ataca como epidemia. Saramago retrata la mayor violación a la primitiva base de la pirámide de Maslow. Que fascinante.

...y me desquicio derrepente cuando me encuentro durmiendo en el suelo de una casa Potosina, sin luz, ni agua, ni comida. A momentos me siento en el ambiente de aquel manicomio atestado de ciegos infectados. Es divertido imaginarlo.

Ya en un par de días estaré de vuelta en mi tierra con hartas historias y aprendizajes que contar.

Sigo feliz. Saludos.

7.6.05

Escala

Salí ayer de San Luis Potosí; una capacitación que fué un éxito. Luego abundaré en detalles porque la fragilidad de las despedidas da mucho de que hablar y que llorar.

Estoy fascinado viajando. He conocido a mucha gente, entre ésta se encuentra un peruano increíblemente sensible que nos dio una demostración de patriotismo, hablando del amor que le ha tenido a México aún a pesar a que se le negó participar en la "vida social y política" del país. Increíble.

La UCD (Unión Campesina Democrática) se encuentra en plantón frente al palacio de gobierno de SLP. Le pregunté con humildad a uno de los líderes del asunto y me habló de sus peticiones desatendidas con una tristeza y una desesperanza avasalladora. Después me comí un elote y me despedí de la gente de la capacitación entre litros de lágrimas, con rumbo a Guadalajara.

Ahora estoy aquí. En un par de días probablemente parta a Juárez y Monterrey.

Estoy feliz.