Viñetas de Marzo 4

Sinceramente fué un día cansado...

1. Hace un par de días fuí a dejar al Coyotéh a su morada cristiana. Comentábamos sobre el amor y los embates de la correspondencia y su antagonista, cuando nos encontramos de frente con un sujeto de boca a la calle , con su bicicleta en el suelo y dos tipos tomándolo, tambaleante, por ambos brazos. Finalmente se levantó confundido y se alejó zigzagueando mientras se perdía en la noche... Sino resultó ser un borracho, fué un atropellado en estado de shock, posiblemente con daño interno.

2. La cola del Drive Thru del Carl's Jr. estuvo excesivamente lenta. El bigotón de atrás se rascaba con ponzoña el cuello y se acomodaba con desesperación los enormes lentes de sol. El licenciado del Jetta de enfrente guardaba harto silencio y recomponía constantemente su cara de incomodidad frente a su compañera de trabajo, quién venía fría e imperturbable en el asiento contiguo.

Una treintona salió de la nada y corrió a estorbar al tipo del Jetta en la ventanilla de pago; parecía estar cometiendo una estupidez.

En efecto, después caminó hacia la segunda ventanilla para recibir, presurosa y apenada, su orden ya pagada - todavía seguía estorbando-. Su carro, un Tsuru de un azul envidablemente reluciente, estaba varado a orillas de la curva de salida del Drive Thru, con dos nenas esperando acabar ese momento embarazoso lo antes posible.

Les ofrecí mi ayuda, la que les arrancó una sonrisa agradecida y un coraje al ojete de menudo bigotón que venía atrás de mí. "¿Nos puedes ayudar a sacar el carro del Drive Thru? Es que no sé manejar..."

3. Fungir como autoridad máxima en un salón de preparatorianos empuja a uno a la tentativa de caer en las garras del abuso de poder. Ahora lo viví en un examen de física de la clase de la Luapa, donde me pidió que por un momento los cuidara. La guapísima Janet resultó ser carismática y afable. El Castellanos comprobó la facilidad con que uno se pone de nalguitas al profe con comentarios excesivamente delatores de la imbecilidad. Los mirones me mostraron que claramente se pueden ver las cabecitas mironas desde los ojos del maestro (sí, ellos definitivamente te ven). El puesto interino de maestro me corrompió cada nervio de estudiante mirón, volviéndome aquel castrante sujeto que todo alumno repudia porque "no te deja echar un ojito al compa de enseguida".

Que delicia ese poder absoluto y virtualmente omnipotente donde se pueden rellenar cabecitas de ideas libertinas, de herejías, de malvivencias y profanaciones; donde ya en última instancia pudiera preparar, en esas crédulas y manipulables mentes jóvenes, un vasto suelo de siembra para la cultura, la decencia y la honestidad.

4. Mañana resultará ser la fabulosa obra que ya desde hace tiempo hemos venido preparando. Todo al parecer está listo para mostrarse sin pudor al público, mas como amplio receptáculo de críticas para el concurso en León, que como show que impresione ojos cultos y sabedores del buen arte. No estoy ya satisfecho con el trabajo, pero estoy contento y listo.