Caldo de cultivo

21.2.05

*Paréntesis Febrero 21

Un sujeto confianzudo nos abordó mientras le entrábamos a la gordura. Se sentó en nuestra mesa sin darnos chance de contestarle el brevísimo 'con permiso' y se presentó como rehabilitado de Alcance Victoria con discurso largo y obstinado en conseguir lo que quería:

- "Bueenas taardes jóovenes, vengo de Alcaance Victooria... -y siguió hablando sin que dijéramos nada- ...en este lugar todos noos ayudaamos paara pooder salir adelaante... -habló de su vida- ...miren, yoo estaaba mal, toquée fondo, pero Diosito es bueeno... -mi burro se estaba poniendo frío- ...Él deecidió que yoo tomara este caamino para pooder daarme cuuentaa... -más desgracias- ...yo quieero ser una peersona de bien y Él lo sabee... -parecía que nunca iba a acabar- entonces yo veengo entonces aaquí con ustedes a daarles estas suculentaas, apapachables, deliciosas (...) paletas... -tenía dotes de vendedor castrante y necio- ...es una ayuda para que nosotros podamos salir adelante en este mundo... -en ese momento pasa despidiéndose de mí, un tío que también le estaba entrando a los burritos y el sujeto lo incluye a gritos en la conversación- ...hey! God bless you! God bless you everybody! Ya' know whata' mean?-todos soltamos la carcajada, incluso mi tío- "

No tenía una mala pronunciación. Pero su catálogo de frases simulaba un memorizado collage lingüístico entre pochismo fronterizo y un balbuceo afroamericano con cierto slang.

La conversación terminó cuando, tras las risas por su bilingüe técnica de ventas, notó nuestra disposición de llevarnos unas paletas.

Le dimos diez pesos por las tres paletitas y nos dijo de nuevo "God bless you!"