Bajo mundo

(Bar de mala muerte, de techo bajo, olor a mota, axila y patas, alrededor de la una de la mañana. Se oye música de rock pesado y se acerca un sujeto apenas conocido nomás de vista. No me sé su nombre, pero se nota ciertamente exaltado y despide un olor a cheve semidigerida)

Sujeto: ¡Güey! ¡Qué chingón a la madreee! ¡Neta güey!
Yo: =I
Sujeto: ¡No mamesssssscaón! ¡Qué cura'o!
Yo: =I
Sujeto: (!!!)
Yo: (...)
Sujeto: (!!!)
Yo: (.........)
Sujeto: ¿¡YA HICISTE LA TAREA GÜEY!?

Reflujo

Lo escribo porque resulta cansado repetírtelo. No porque te huya, sino porque es mejor comentarlo casualmente, que parezca un refrán dicho al aire, un poco mojado en pesadumbre, pero libre de rencores (la verdad, sabes, es que no).

Traigo el nervio dilatado, y la pupila y un poco la piel.

Del amor te he culpado, con música que me pone blando y lloroso. Mal te he culpado a veces sólo para conversar. También del lagrimal, del pelo y el perfume. De tu ojos y tu sala en silencio. De los desvelos, los días de lluvia y las comidas. De tus fotos y tus pies. De la noche, de la hora y de extrañarte.

Podría equivocarme más y culparte de todo cuánto pasa.

Mal lo hecho y me disculpo.

Haz del amor como te plazca. Sólo deja intacta la parte que es mía.

Reflexión

Esta semana santa es para reflexionar sobre todo lo grandioso que el señor nos da y lo pinchi caro que está.