Caldo de cultivo

22.1.05

Sino hubiera ido solo, probablemente no lo hago.

Eran un par de señoras de edad, un jovenazo de bigote güero y tupido y una muchacha morena que se asomaba con pena y coquetería desde adentro del carro.

Una de las señoras de edad se dedicó a hacer ademanes exagerados con los que agradecía al cielo y a Dios, mientras que el jovenazo solamente se acariciaba el bigote y titubeaba.

Minutos antes los había visto en la orilla del bulevar, esperando junto a su carrito rojo de modelo 90 que se había quedado sin gasolina y con las luces intermitentes que hacían esfuerzos por no apagarse.

Era la una de la mañana y yo regresaba de dejar una película que mi madre había rentado (por un momento había pensado en entregarla otro día porque el resfriado me estaba matando), cuando me los encontré varados como náufragos frescos y esperanzados, recién dejados en la costa por la marea.

La señora de los ademanes religiosos se subió a mi carro y comenzó a hablar como tarabilla sobre la quinceañera, sobre su nefasta hija mayor que ya no salía más con ella, sobre el picor del bacanora que le regalaron (ella prefiere Jimador) y la falta de aigre que le sobrevenía cuando bailaba en las fiestas.

Llegamos a la gasolinera, busqué en la basura que un par de botellitas de Coca-Cola, que llenamos al tope, y volvimos al carrito varado.

La señora de los ademanes se llamaba Hermenegilda Escobar. Me dió su teléfono y me pidió con insistencia que le hablara de vez en cuando "para no perder la fé de que hay gente buena en el mundo", dijo ella.

Probablemente le hable uno de estos días, antes de que la flaca se la lleve por sus problemas de presión alta que me llegó a comentar mientras le encomendaba un rezo a la santísima virgencita.

1 Comments:

  • Bien hecho negra. Como diria el mots:

    "Se te va a regresar el doble!"

    Aunque creo que el se referia a otras cosas.

    By Blogger Charly, at 2:37 p.m.  

Publicar un comentario

<< Home