Caldo de cultivo

3.5.05

- ¡Claro que yo te conozco! No recuerdo de dónde, pero yo sé que te conozco a tí -se dirigía a uno con la confianza del tío que nunca ves y que quiere ser gracioso a fuerza de llamarte "campeón" y hablarte de trucos para ligarte a las "viejas".

- Sí, me conoces -habló tan bajo, que parecía no querer reconocerlo-. Piénsale y te vas a acordar -y siguió comiendo.

- ¡Tienes que decirme de dónde te conozco, porque tu cara me suena conocida maestro!

- Piénsale -él sabía que el bigotón se iba a poner terco.