Caldo de cultivo

3.5.05

Volví algunos minutos después. La carreta estaba vacía, pero intacta; las luces encendidas y trocitos de carne abandonados, por feos, seguían sobre la plancha . Alrededor no había ni carro, ni persona que diera señal de actividad. Sólo habían hojas tiradas por doquier, un par de zapatos, una camisa y un olor penetrante a gasolina.

De atrás de la carreta salió repentinamente el pelón del Jeep mirando fijamente hacia el carro. Olvidé la valentía y arranqué sin pensarlo.


Hasta la fecha tengo mis sospechas... (Y otra más).