Volví algunos minutos después. La carreta estaba vacía, pero intacta; las luces encendidas y trocitos de carne abandonados, por feos, seguían sobre la plancha . Alrededor no había ni carro, ni persona que diera señal de actividad. Sólo habían hojas tiradas por doquier, un par de zapatos, una camisa y un olor penetrante a gasolina.
De atrás de la carreta salió repentinamente el pelón del Jeep mirando fijamente hacia el carro. Olvidé la valentía y arranqué sin pensarlo.
Hasta la fecha tengo mis sospechas... (Y otra más).
De atrás de la carreta salió repentinamente el pelón del Jeep mirando fijamente hacia el carro. Olvidé la valentía y arranqué sin pensarlo.
Hasta la fecha tengo mis sospechas... (Y otra más).
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