Caldo de cultivo

10.3.06

Crónicas sanitarias

Un hombre pelón y con barba ancha está en las regaderas. Unas cinco décadas cuelgan de sus ojeras, de su patas de gallo y su pecho escurre agua y senos semi caídos. Pero los ojos chicos y los dientes grandes no se confunden. Tiene un parecido. Lo ignoro.

Una joven grita por la puerta, Alejandro, traigo tu toalla. Grita más veces, hasta que un amable se acerca a decirle que no sabe quién es, pero él le da la toalla. Gracias dice ella.

...pero yo esa cara no la confundo. Y con ese nombre mucho menos.

Salgo veloz a buscar a la mujer -que parece su pareja- y la encuentro casi en la salida. Es Alejandro *********** el señor, verdad, Sí, sí es, por qué lo preguntas, Porque yo estaba con su hijo en la escuela y hace años que no lo veo, Que raro, pues él solo tiene un hijo de seis años, ...Bueno, yo creo que lo confundí, Sí, probablemente, Gracias, gracias de cualquier manera, No hay problema.

De vuelta en las regaderas confirmé de palabra nerviosa del señor que sí era quien pensé y sí era él padre...

...y al parecer le cacharon la movida.

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