No no no...

Hay alguien parado en la puerta del baño. Mi casa supuestamente estaba sola. ¡Son las cuatro de la mañana y hay alguien parado en la puerta del baño! Está moviendo la cabeza. Lento. Creo que me está viendo. No quiero voltear. No veo su cara, está muy oscuro. No quiero prender la luz. Alguien está ahí, parado, viéndome, desde la puerta del baño. Nadie puede estar en mi casa a estas horas. Yo debía de estar solo. Mi casa estaba sola cuando entré. Creo. No chequé, entré con prisa. Estuve fuera de la casa todo el día. Alguien ha estado aquí todo el día. No puedo parar de escribir. No quiero voltear. Me está viendo. Me está viendo. Me está viendo. Me está viendo. Está oyendo el teclado mientras escribo, pero no quiero dejar de escribir porque no quiero que sepa que ya lo ví. Me estoy cagando de miedo. El teléfono está en el otro cuarto, también el celular. No quiero dejar de escribir. Voy a seguir escribiendo hasta que se aleje y pueda agarrar algo para pegar o hasta que amanezca e inevitablemente tenga que verle la cara. Mierda. Ya se está moviendo. Se mueve raro. Se mueve. Se mueve. Está moviendo la mano. ¡Puta! ¡Sí me está viendo! ¡LE VI SU CARA! ¡Tengo terror! ¡Mucho! ¡Ya cerré la puerta! ¡No tengo nada con qué llamar a alguien! No quiero gritar porque no quiero darle pretexto para tratar de entrar al cuarto. ¡Que se vaya! ¡Que se lleve todo!

Alguien venga, por favor...