Caldo de cultivo

1.10.06

Buena gente

Llegó en bicicleta mientras yo lavaba el carro. No sabría decir con certeza, pero supongo que lo reconocí por la peculiar manera de abordarme en la cochera, pedaleando por media calle y con un trapo al hombro, llegando en silencio.

La última vez que lo ví yo tenía no más de diecisiete años. Yo tenía menos pelo y él no tenía canas. Le comenté la extrañeza de volverlo a ver por estos rumbos y me dijo que había empezado la escuela de nuevo y que ya estaba a punto de terminar la secundaria.

Platicamos calmo y tendido por más de una hora en el porche. Me preguntó de qué se trataba la preparatoria, cuántos tipos de trabajo existían; él me contó de su familia, su hija que vive en la costa y los libros que ha leído en el INEA; me dijo que no quiere que a su hija le de pena su papá; me ofreció papitas y yo agua.

Al final me pidió treinta pesos. Saqué un par de monedas y un billete de veinte y él me dio cincuenta. Cuánto te debía, eran veinte pesos verdá'. No me acuerdo. Sí, la última vez que vine me los diste porque necesitaba comer y yo te lo agradezco desde entonces.

¿Qué pasa en la tierra que el cielo cada vez es más chico? --Del 63, Fito Páez


1 Comments:

  • wow! =)

    que lindo!

    y que ganas de verte!

    Tengo cosas que contarte sabes? y otras tantas que preguntarte!

    By Blogger Marali, at 9:51 a.m.  

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